viernes, 22 de noviembre de 2013

LAS HOJAS SECAS

lo que no acaba de morir nos dilata
O la razón por la que un buen día empezó a interesarme el francés...


LA CHANSON DE PRÉVERT
(Serge Gainsbourg, 1961)

Oh je voudrais tant que tu te souviennes
Cette chanson était la tienne
C'était ta péférée je crois
Qu'elle est de Prévert et Kosma
Et chaque fois Les Feuilles mortes
Te rappelle à mon souvenir
Jour après jour les amours mortes
N'en finissent pas de mourir

Avec d'autres bien sûr je m'abandonne
Mais leur chanson est monotone
Et peu à peu je m'indiffère
À cela il n'est rien à faire
Car chaque fois Les Feuilles mortes
Te rappelle à mon souvenir
Jour après jour les amours mortes
N'en finissent pas de mourir

Peut-on jamais savoir par où commence
Et quand finit l'indifférence
Passe l'automne vienne l'hiver
Et que la chanson de Prévert
Cette chanson Les Feuilles mortes
S'efface de mon souvenir
Et ce jour-là mes amours mortes
En auront fini de mourir

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LA CANCIÓN DE PRÉVERT

Oh, me gustaría tanto que te acordases
de esta canción que era tuya.
Creo que era tu preferida,
la de Prévert y Kosma.
Y cada vez, las hojas secas
te devuelven a mi memoria.
Día tras día, los amores muertos
No terminan de morir.

Con las otras, claro que me abandono,
mas su canción es monótona
y poco a poco pierdo el interés.
No hay nada que hacer.
Porque cada vez, Las hojas secas
te devuelven a mi memoria.
Día tras día, los amores muertos
No terminan de morir.

Nunca podemos saber dónde empieza
y cuándo termina la indiferencia.
Que pase el otoño y llegue el invierno,
y que la canción de Prévert,
esta canción, Las hojas secas,
se borre de mi memoria.
Y ese día, mis amores muertos
terminarán al fin de morir.

(Traducción propia)

Serge Gainsbourg en una ilustración de Jonathan Edwards.
Fuente: Hint Blog - "Randomness"
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jueves, 7 de noviembre de 2013

LA DOBLE SED (CAMUS)

"Aquí comprendo lo que llaman gloria: el derecho a amar sin medida"
Nadie debería morir sin leer a Camus. La historia y la vida habrían sido mucho más feas e insustanciales sin el de Mondovi y sus testimonios de las miserias y la tenue pero latente luz de la esperanza en el ser humano:

"A mediodía, sobre las laderas medio arenosas y cubiertas por heliotropos como por una espuma que hubieran dejado al retirarse las olas furiosas de los últimos días, miraba el mar, que a esa hora se agitaba apenas con un movimiento fatigado, y calmaba esa doble sed que no se puede engañar mucho tiempo sin que el ser se seque, quiero decir amar y admirar. En no ser amado sólo hay mala suerte: en no amar hay desgracia. Hoy en día todos morimos de esa desgracia. Porque la sangre, los odios, descarnan el corazón; la prolongada reivindicación de la justicia agota el amor que, sin embargo, la hizo nacer. En el clamor en que vivimos, el amor es imposible y la justicia no basta. Por eso Europa odia el día y no sabe más que oponer injusticia a la injusticia. Pero para impedir que la justicia, hermoso fruto naranja que no contiene más que una pulpa amarga y seca, se agoste, volvía a descubrir en Tipasa que había que guardar intactas dentro de uno mismo una frescura y una fuente de alegría; amar el día que escapa a la injusticia y volver al combate con esa luz conquistada. Volvía a encontrar allí la antigua belleza, un cielo joven, y ponderaba mi suerte, comprendiendo por fin que en los peores años de nuestra locura el recuerdo de este cielo no me había abandonado nunca. Era él quien, para concluir, me había impedido perder la esperanza. Yo había sabido siempre que las ruinas de Tipasa eran más jóvenes que nuestras obras en construcción o nuestros escombros. El mundo empezaba allí cada día con una luz siempre nueva. «¡Oh, luz!», ése es el grito de todos los personajes enfrentados, en el drama antiguo, a su destino. Ese último recurso era también el nuestro y ahora yo lo sabía. En mitad del invierno aprendía por fin que había en mí un verano invencible."

(Albert Camus, «Retorno a Tipasa», El verano, 1953. Traducción de Javier Eder. El original en francés puede encontrarse en Noces suivi de l'été)

Extracto de Bodas (Noces. 1939), de Albert Camus, grabado en un monolito  erigido en memoria del escritor en medio de las ruinas romanas de Tipasa, al norte de Argelia.


"Je comprends ici ce qu'on appelle gloire: le droit d'aimer sans mesure."
(Albert Camus, Noces)
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sábado, 2 de noviembre de 2013

CATACUMBAS ILUMINADAS DE PASOLINI


ANALISI TARDIVA (fine anni '60)

So bene, so bene che sono in fondo alla fossa;
che tutto quello che tocco l'ho già toccato;
che sono prigioniero di un indecente interesse;
che ogni convalescenza è una ricaduta;
che le acque sono stagnanti e tutto sa di vecchio;
che anche l'umorismo fa parte del blocco inamovibile;
che non faccio altro che ridurre all'antico il nuovo;
che non intendo ancora riconoscere chi sono;
che ho perso perfino l'antica pazienza di orefice;
che la vecchiaia mette in mostra per impazienza solo le miserie;
che non uscirò mai da qui per quanti sorrisi faccia;
che giro su e giù per la terra come una bestia in gabbia;
che di tante corde che ho finisco col tirarne una sola;
che mi piace infangarmi perché il fango è materia povera e perciò pura;
che adoro la luce soltanto se è senza speranza. 



ANÁLISIS TARDÍO
(Fin de los años sesenta)

Sé bien, sé bien que estoy en el fondo de la fosa;
que todo aquello que toco ya lo he tocado;
que soy prisionero de un interés indecente;
que cada convalecencia es una recaída;
que las aguas están estancadas y todo tiene sabor a viejo;
que también el humorismo forma parte del bloque inamovible;
que no hago otra cosa que reducir lo nuevo a lo antiguo;
que no intento todavía reconocer quién soy;
que he perdido hasta la antigua paciencia de orfebre;
que la vejez hace resaltar por impaciencia sólo las miserias;
que no saldré nunca de aquí por más que sonría;
que doy vueltas de un lado a otro por la tierra como una bestia enjaulada;
que de tantas cuerdas que tengo he terminado por tirar de una sola;
que me gusta embarrarme porque el barro es materia pobre y por lo tanto pura;
que adoro la luz sólo si no ofrece esperanza.

(Poema hasta ahora inédito, incluido en Tutte le poesie, Roma, Meridiani Mondadori, 2003. La traducción al castellano es de Hugo Beccacece)


Porcile (Pocilga), Pier Paolo Pasolini (1969)
V.O. subtitulada en español
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"Ho ucciso mio padre, ho mangiato carne umana, ed ora tremo di gioia."
(Yo maté a mi padre, que comía carne humana, y ahora me estremezco de alegría)
(Única frase pronunciada por el caníbal en Porcile, de P.P. Pasolini)
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